jueves, enero 8

Su pijama


Ella caminó hacia la cocina aún con los ojos cerrados y aunque preparar el café en la mañana era un rito repetido cientos de veces de manera somnolienta, ahora había que prestar mayor atención al caminar ya que la muñeca de Elisa nunca estaba en el mismo lugar y era muy fácil estrellarse con ella.

Desde que se conocieron Él siempre se despertaba primero que ella, pero guardaba silencio hasta el momento oportuno, aún encontraba esa pequeña felicidad en despertarla día a día. Ella fingía siempre necesitar quince minutos más de sueño, incluso aunque ya fuera tarde. Él jamás aprendió a negarse cuando ella pedía por favor.

Ella además de la maraña en su cabello, vestía la playera blanca sin mangas y el pantaloncito rosa que él regaló. Al llegar a la cocina todo era un desastre incluso peor que su cabello, pero la regla era clara, los viernes en la noche no se limpiaba en esa cocina, una tregua justa a cambio de que él cocinará la cena dos noches a la semana.

A cada minuto que pasaba ella se sentía con más hambre, a cada segundo que pasaba él la encontraba aún más bella. Ella se recogió el cabello en una coleta y volteo a verlo.  Supo entonces que había estado siendo observada los últimos minutos, se sintió amada y sonrío.

-¿Qué piensa mi señora? - preguntó él.

Ella se mordió el labio inferior, y contestó con otra pregunta

-¿Ya me cree que esto es real?

Él sonrío. Ella siempre había tenido razón.


miércoles, enero 7

Vuelvo

"Cuando tener simplemente un lugar al cual regresar se convierte en un privilegio. Aunque suponga volver a un lugar habitado por fantasmas y lleno de escombros que algún día fueron el paisaje que uno podría encontrar en el retrato de aquella felicidad."

Ismael Serrano