jueves, enero 8

Su pijama


Ella caminó hacia la cocina aún con los ojos cerrados y aunque preparar el café en la mañana era un rito repetido cientos de veces de manera somnolienta, ahora había que prestar mayor atención al caminar ya que la muñeca de Elisa nunca estaba en el mismo lugar y era muy fácil estrellarse con ella.

Desde que se conocieron Él siempre se despertaba primero que ella, pero guardaba silencio hasta el momento oportuno, aún encontraba esa pequeña felicidad en despertarla día a día. Ella fingía siempre necesitar quince minutos más de sueño, incluso aunque ya fuera tarde. Él jamás aprendió a negarse cuando ella pedía por favor.

Ella además de la maraña en su cabello, vestía la playera blanca sin mangas y el pantaloncito rosa que él regaló. Al llegar a la cocina todo era un desastre incluso peor que su cabello, pero la regla era clara, los viernes en la noche no se limpiaba en esa cocina, una tregua justa a cambio de que él cocinará la cena dos noches a la semana.

A cada minuto que pasaba ella se sentía con más hambre, a cada segundo que pasaba él la encontraba aún más bella. Ella se recogió el cabello en una coleta y volteo a verlo.  Supo entonces que había estado siendo observada los últimos minutos, se sintió amada y sonrío.

-¿Qué piensa mi señora? - preguntó él.

Ella se mordió el labio inferior, y contestó con otra pregunta

-¿Ya me cree que esto es real?

Él sonrío. Ella siempre había tenido razón.


miércoles, enero 7

Vuelvo

"Cuando tener simplemente un lugar al cual regresar se convierte en un privilegio. Aunque suponga volver a un lugar habitado por fantasmas y lleno de escombros que algún día fueron el paisaje que uno podría encontrar en el retrato de aquella felicidad."

Ismael Serrano 

martes, diciembre 23

Mate y Sísifo


Según la mitología griega, justo antes de morir, Sísifo le pidió a su esposa que no ofreciera los sacrificios habituales que se entregaban a los dioses en honor a los muertos.  Los dioses al no recibir estas ofrendas, fueron a reclamarle el desprecio de su esposa a Sísifo quién propuso una solución, que lo dejaran volver a la tierra para personalmente sancionar a su viuda.

Los dioses accedieron y fueron engañados por Sísifo, que una vez en la tierra de los mortales se negó a regresar al Inframundo, logrando así vivir un par de años más que los que le correspondían.

Hades, el rey del infierno, al lograr finalmente hacer que Sísifo regresara a la muerte decidió castigarlo por la burla cometida, quitándole la vista y condenándolo a tomar una piedra y subirla hasta lo alto de una montaña, para justo cuando estaba por finalizar se le cayera ladera abajo y tener que regresar por ella y volver a intentarlo. Siendo esta la rutina que repetiría eternamente. Sin ninguna tregua para su éxito.

Mate es un Antiguo Pastor Ingles de un año de edad, será la inocencia de la raza o tal vez que no conoce muchos perros más, pero puedo decir que la inteligencia de Mate es mucho más baja que el promedio canino. Él y sus 45 kilogramos se niegan a salir al frente de su patio ya que enseguida hay un French Poodle que a pesar del barandal lo amenaza ferozmente con sus 3.200 kilogramos de peso.

Un día Mate estaba aburrido por no poder utilizar todo el patio y dentro de su tedio hizo un gran descubrimiento. Mate encontró que algo se movía detrás de él y al verlo se entusiasmó, junto con ese entusiasmo aumentó en la misma proporción la velocidad con la que se movía su descubrimiento. Mate no podía dejar de mirar su cola, aún sin saber que era parte de él. Su poca inteligencia impedía que entendiera porque cuando se emocionaba, su objetivo parecía emocionarse también y al ponerse en posición de ataque y procurar hacer el menor movimiento posible, el objeto desconocido hacia lo mismo. Su vida tenía un nuevo propósito. Perseguir sin tregua su cola.

Una interminable rutina fueron los días posteriores para Mate. Despertar, terminar con velocidad sus dos litros de alimento matutino, tomar un poco de agua, espantar los pájaros que trataban de comerse los restos de su comida, ladrar a todo carro que viera, incluyendo los estacionados (en verdad Mate no es listo), esperar a que el French Poodle del vecino, su eterno némesis, saliera al frente de su casa para regresarse al pedazo de patio que le correspondía y empezar su misión diaria. Descubrir que es esa cosa en forma de pincel que los sigue a todos lados.

¡Qué emocionantes días vivía! Por mayor velocidad que él imprimiera el objeto en forma de pincel corría siempre un poco más rápido que él, incluso pareciera burlarse ya que al bajar la velocidad su objetivo lo hacía también. Intentaba girando hacia la derecha, luego hacia la izquierda, incluso un día intento encontrar el objeto por en medio de sus piernas, pero no, parecía que la rivalidad entre Mate y su cola seguiría interminablemente.

A Sísifo no le molestaba cargar la piedra, incluso era su parte favorita dentro de su rutina, ni siquiera se frustraba cuando la piedra se le caía casi a punto de llegar. La parte molesta era bajar la ladera con las manos vacías, porque entonces el tiempo sobraba y comenzaba a escuchar los demonios en su cabeza que le decían cuan infructuoso era su esfuerzo, un día mientras bajaba a recoger la piedra que invariablemente se le había resbalado concluyó que el fracaso era ineludible y que se encontraba atado a un destino con un final trágico y constante sin remedio alguno.

Después de un tiempo toda emoción se vuelve rutina, y Mate comenzó a desilusionarse de su cola, él necesitaba una tregua y no pedía mucho, Mate sólo necesitaba sentir que avanzaba, que su esfuerzo no era vano. Nadie emprende una misión sin albergar aunque sea una mínima esperanza de éxito. Comenzaba a aburrirse y aunque no dejaba de intentarlo, al igual que Sísifo, no importaba cuanto ímpetu pusiera a sus acciones, el resultado sería el mismo. Hasta que un día sucedió lo inesperado, eso que cualquier fatalista consideraría imposible.

Mate se alcanzó la cola.

Todo fue silencio entonces, Mate sujetaba con apenas dos dientes la punta de su cola. Desconozco que fue lo que pensó, pero lo que sí sé es que volteo a verme con una expresión de duda ¿ahora qué sigue?

Tanto tiempo detrás de un propósito y jamás se le había preguntarse cuál era el verdadero motivo para hacerlo. Yo no lo sé de cierto, pero supongo que una oleada de pensamientos irrumpieron a Mate. Quizá se preguntaba por qué morder su objetivo le generaba dolor a él, tal vez se decepcionó al saber que la única intención de su vida había sido cumplida sin mayor trascendencia, posiblemente descubrió que si había alcanzado su cola sería capaz de todo, incluso de hacerle frente al French Poodle del vecino con todo y sus 3.200 kilos. Quizá una parte de Mate se perdió al saber que todo estaba ya concluido, que habría que encontrar un nuevo anhelo o vivir de la gloria de este éxito.

Entonces Mate y su limitada inteligencia canina entendieron lo que Sísifo, el héroe mitológico que burlo a los dioses aún hasta hoy no ha comprendido. Que no importa cuál sea actividad, el sentido de todo es disfrutar el hacer, no el lograr. Se trata de amar la trama más que el desenlace.

Y Mate soltó su cola lentamente, como si su éxito hubiera sido un error. La soltó y después de unos segundos comenzó a perseguirla nuevamente pretendiendo que los últimos 3 minutos no sucedido nunca. La única diferencia es que internamente sabía que el éxito era alcanzable. Pero él prefirió la felicidad de disfrutar cada acto, que la gloría efímera de un éxito sin sentido.

O quizá Mate sólo quiere perseguirse la cola por ser un perro tonto.
 

domingo, diciembre 21

Serendipia


Silabificación:   se·ren·di·pia
Pronunciation:   serənˈdipəa
sust . pl .  se·ren·di·pias

  1. Hacer un descubrimiento afortunado de manera accidental.

  2. Serie de sucesos por casualidad que trae un resultado feliz.

  3. Lo que está destinado a ser encontrado.


lunes, marzo 21

Regalo para un cumpleaños.


Qué no daría por verte sonreír siempre, por que creyeras en un mundo mejor, en que a veces el viento puede soplar a nuestro favor. Tantas heridas, tantos recuerdos que nos han robado, pero todo sucede contigo, y eso a mí al menos me sirve bastante.

Cambiaría la mitad de mis días soleados por los tuyos nublados, pero si va a llover, que mejor que brincar por los charcos a tu lado, y si en verdad tuviera el poder de escribir tu historia (como siempre lo has pensado) ten por seguro que el vivió feliz para siempre, sería mediocre para lo que espero que te suceda.

Y lo único que se me ocurre para escribir tu historia, es quererte de esta forma, tal vez no sea suficiente aún. Ojalá nunca sea suficiente.

Feliz Día Muñeca Fea.

lunes, marzo 14

Recuérdalo, por favor.

¿Recuerdas Muñeca Fea el Marzo pasado? Eso de extrañarnos tanto y aprender a la distancia el siempre estar juntos, ¿Recuerdas aquel camino que paseaste y que meses después sería el mio? ¿Aún recuerdas lo que me dijiste la noche en que te volví a encontrar?

Yo sí lo recuerdo. Al menos una parte, justo cuando me miraste con esa mirada cristal tuya, y dijiste con la voz que pretendía tratar de de ser normal... "Tengo Miedo". Y como no tenerlo si eso de la buena suerte no es nuestro hábito, uno siempre ha de tener miedo a lo desconocido, y el ser feliz a veces se nos ha olvidado.

¿Recuerdas acaso todo lo que te contesté? Que si tener Miedo era bueno, porque significaba que aún podíamos perder algo, que lo usaras como motor para renovarte, que si aquello que si lo otro...

¿Lo Recuerdas?

Espero que sí, porque es ahora donde me toca decir... "Tengo Miedo"

Y a ti te toca decirme todo lo que algún día dije, y hoy se me ha olvidado.


viernes, marzo 4

Quédate.

Quédate a mi lado, no te vayas aún, quédate aunque sea unos pocos instantes, ¿Te parece bien en lo que se calienta el agua para el café? ¿O tal vez el tiempo que me tarde hoy en improvisar tu cuento antes de dormir? ¿Qué tanto puede ser quedarte los instantes necesarios hasta que nos sorprenda la mañana?.

Y cuando el alba nos alcance, despertemos a recolectar el roció suficiente para cebar un buen mate, escoge la flor más bella y colócala en tus cabellos, busquemos un buen pretexto para no soltarnos la mano, inventemos algún verbo para quitarnos el hambre, y de pronto en un momento, nos demos cuenta que el sol está por irse, y la luna ha venido a verte, celosa de que ya no le presto atención desde que te vine a descubrir.

Cuando la oscuridad nos haya cubierto, y la ultima estrella demorada titile al ritmo de tu latido, déjame convertirme en tu Sheherezade, e inventarte todas las noches otro cuentos, una noche, una y mil noches más, para que nunca te me vayas.

domingo, febrero 27

Regresar.

Las cosas jamás suceden como las pensamos, tenemos más desarrollada la capacidad de "imaginar" que la de "accionar", y creemos que el tiempo pondrá todo en su sitio adecuado sin siquiera necesitar de nosotros.

Eso le ha pasado a mi pequeño blog.

Dejé de escribir sin razón alguna, y me prometí no volver a pararme frente a esta página si no era con la más grande de las historías. Pudiera mentir platicando de grandes viajes, o de cuentos escritos como "botellas al mar" en algún sitio. Pero no es cierto.

Uno nunca deja de escribir, sólo deja de plasmarlo en papel.

Sin ovación alguna, y con el texto más rápido que jamás haya escrito, aquí ando. Lo único nuevo que encontrara es que ahora caminaré por aquí en calzones, como quien se siente en su casa.

Pasé y disculpe el tiradero.

lunes, noviembre 1

Miedo

Amigo, aquí me tienes, apunto de escribir nuevamente. Y no es que se me haya olvidado, pero creo que hay tiempo para todo, para arrancar y para derribar, para edificar y para plantar, y también, ¿por qué no?, para aprender y para escribir.

Pero he decidido romper este desierto sin letras, porque hoy me es imperante contarte algo.

Los ojos se me hicieron agua.

Hoy, a mil millas de donde tu estás, he recordado de donde vengo, alguien comenzo a cantar "... Y si Adelita se fuera con otro..." y la piel se me erizó, celebraban el día de muertos, sin saber que yo vengo de allá huyendo del hecho de que ya no es día de muertos, sino años con muertes injustas.

Si me preguntas exactamente que sentí, creo que no podré contestarte. Se me inflamó el pecho al oír la palabra México, pero también me menguaron las ganas por continuar. Aquí hay gente de todos lados del mundo y es triste saber que nos ven como un país ingobernable, donde la anarquía es la moneda en curso y donde sólo los afortunados sobrevivimos a tanta violencia.

Amigo, se me quiebra la voz al confesarte que me duele mi país, toda la sangre que se ha derramado sin causa alguna, me duele nuestro amigo, me duelen las cosas que nos han quitado y ni cuenta nos hemos dado, la capacidad de asombro que extraviamos, nuestra inhumanidad al contar las muertes por miles en lugar de contar los sueños que no se cumpliran, por las familias que crecen mutiladas, por los hijos que nuestra generación entregara.

¿Qué le diremos a Dios que hemos hecho con nuestra libertad?

Porque si fuéramos libres, no tendremos miedo.

Miedo... ¿Recuerdas que en nuestro ultimo café tratamos de definirlo? Pues hoy es lo que siento.

El miedo es tan similar al amor, a la soledad, a todas esas cosas que nos sobrepasan y que no entendemos. Pero que tenemos que aprender a utilizar como aliados, como punto de partida para loar a Dios. El miedo que hoy siento es uno de mis motores para volver, para enfrentar aquello que es inmenso ante mi pequeña humanidad, para poder regresar y entregar todo, hasta lo que no tengo aún, para enorgullecer al lugar al que pertenezco y que Dios me ha dado como obsequio para engrandecer, para defender.

Porque yo crecí con una frase que ahora tiene demasiado sentido...

"El cielo un soldado en cada hijo te dio..."