jueves, abril 15

Crónica de un nacimiento anunciado

Abril 14 9:21 am

El trino del gorrión fue distinto hoy, me conto de historias celestiales y de esperas que habían de terminar, de amores con aroma a bebe.

Me conto la noticia que circulaba en el paraíso, que Dios se desprendía de un pedazo de cielo, para ponerlo en el lugar exacto donde se necesitaba. Los ángeles presurosos daban los últimos detalles al papeleo que había tardado nueve largos meses. Mientras serafines recibían atentos una lección de cómo cuidar bebes por parte de la bisabuela, quien silbando había dormido a la pequeña para que descansara antes del gran viaje.

El Arcángel Gabriel, portador siempre de buenas noticias, ensayaba frente al espejo la voz del doctor, y repetía incesante su guion en esta historia –Felicidades, Es una preciosa niña.- En tanto los Querubines, los pequeños de la casa, empacaban ya los juguetes que la niña había dejado regados por doquier, guardaban las risas, la franqueza, la honestidad y todos los abrazos que siempre la acompañarían, y lo colocaban ordenadamente en el neceser hecho con polvo de estrellas.

Rafael no paraba de dar instrucciones precisas a los ángeles plomeros, explicándoles que hoy tendrían mucho trabajo, habría que reparar la infinidad de goteras de lágrimas en la familia, mientras los ángeles pintores hacían bocetos de las mejores sonrisas a dibujar hoy.

En tanto el Tío, con la sonrisa más grande jamás vista en el Reino de los Cielos, entregaba a la cigüeña su regalo más preciado, y al besarle la frente, juraba que siempre velaría sus sueños.

El ángel de la guarda de la pequeña, acercándose a Dios le pregunta:
-Padre, ¿por qué esa sonrisa tan grande?-
-Por que hoy regreso a la tierra la dicha que hace un año tome prestada-

Y una lagrima rodo de la mejilla de Dios.

Vamos Princesa, hoy es un buen día para nacer.

1 comentario:

isis de la noche dijo...

Oh Dios...

Qué hermoso... realmente enternecedor...

La vida es un misterio que no entendemos, pero cada día nunca de ser un regalo, un nuevo comienzo, la promesa de una nueva sonrisa..

qué bello texto...