domingo, septiembre 26

Una Tregua

Te propongo una Tregua dentro de la guerra que a diario es vivir, una pauta en la que tú solamente me das tus días malos, en los que no hay Fe, los días en los que las ganas amanecen nubladas y el frío te abraza sin escucharte, coercitivo y necio.

Yo he aprendido que no debo ofrecer lo que no tengo, aún cargo deudas con un pasado que no le concede el indulto a lo que algún día ofrecí. Entonces sólo ofreceré lo que tengo por certeza que poseo. La voluntad para quererte, y las fuerzas para sostenerlo

Te Quiero disimuladamente, sin hacer uso de mi libertad para no hacerlo, Te Quiero silente, en lo diario, Te Quiero y ruego tener tu carcajada por melodía y robarte sonrisas con la más grande de las alevosías.

Déjame ser quien te acompañe a los sitios que has de volar cuando descubras la inmensidad de tus alas.

La Tregua donde me das todo lo que te estorba, no como limosna, sino para que lo renueve.

La Tregua en donde yo Te Quiero, y un buen día te sea imprescindible.

miércoles, septiembre 22

Entrañarte

Si existe algo que quiero/deseo/espero de todo lo que está por venir, es el no extrañarte, ni siquiera un poco. Extrañarte sería una estupidez dada la circunstancia que es no tenerte, una estupidez y un acto innecesario, al hacerlo me desgastaría la voluntad, y la fe, esa me quedaría en girones y harapos.

Y en este punto imagino que piensas que soy un egoísta, pero no, todo lo contrario. Mejor te invito a vivir aquí, conmigo, y en lugar de extrañarte mejor te entraño, sí, así de absurdo te lo digo, te llevare en mis entrañas, en cada paso de los que dé ahí iras tú, como fiel acompañante, cada sueño lo consultaré con el espacio en donde no estás (pero debieras) y es ahí donde existirás y en el sitio donde existas te querré (para siempre).

Entiéndeme un poco cuando digo que si te extraño me mutilas, pero si te entraño somos dos contra el mundo que nos queda por vivir.