viernes, marzo 4

Quédate.

Quédate a mi lado, no te vayas aún, quédate aunque sea unos pocos instantes, ¿Te parece bien en lo que se calienta el agua para el café? ¿O tal vez el tiempo que me tarde hoy en improvisar tu cuento antes de dormir? ¿Qué tanto puede ser quedarte los instantes necesarios hasta que nos sorprenda la mañana?.

Y cuando el alba nos alcance, despertemos a recolectar el roció suficiente para cebar un buen mate, escoge la flor más bella y colócala en tus cabellos, busquemos un buen pretexto para no soltarnos la mano, inventemos algún verbo para quitarnos el hambre, y de pronto en un momento, nos demos cuenta que el sol está por irse, y la luna ha venido a verte, celosa de que ya no le presto atención desde que te vine a descubrir.

Cuando la oscuridad nos haya cubierto, y la ultima estrella demorada titile al ritmo de tu latido, déjame convertirme en tu Sheherezade, e inventarte todas las noches otro cuentos, una noche, una y mil noches más, para que nunca te me vayas.

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