viernes, junio 25

La Eternidad que Compartiremos

Estoy frente al espejo más duro que he tenido, una hoja en blanco.

Han pasado cincuenta seis días amigo, y aun no encuentro valor para escribir(te), cincuenta seis días en los que no has estado, en los que algún cobarde se creyó pseudo-dios y en su omniestupidez te quito la vida, y con ella un gran pedazo de los que nos quedamos aquí sin ti.

Uno no debería de tener que enterrar a su amigo, no a los veintiún años (ni nunca), ni debiera de mentirle a mis padres cuando les prometo que todo estará bien, si ser sobreviviente en esta ciudad es mera cuestión de suerte.

Uno no debería decir cosas como:

-Señora, su hijo era un gran hombre, lo siento mucho.-

Y pudiera ser egoísta y buscar culpables, o más fácil, inventarlos y ¿luego qué me queda? ¿gritar? ¿llorar? ¿enojarme? ¿matar?. No, lo mejor que puedo hacer es esperar, tener paciencia y fe. Por que en el Dios que algún día nos unió, estaremos juntos otra vez. Lo sé.

Hoy ya no compartimos el mismo cielo, tu estas del otro lado, siendo luz que cuida cada paso que doy. viviendo en la eternidad que algún día compartiremos.

P.S. Te fuiste campeón, sólo los grandes tienen ese honor.
P.S.2 Rumbo a la eternidad mi "4" que el cielo es tu nueva cancha
y hoy portas por uniforme la gloria.

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